Fue emblema de las selecciones juveniles, llegó a mostrar su calidad en la reserva del más grande de la Argentina, debutó en la primera de River de la mano de Daniel Passarella un sábado por la noche en la derrota ante Huracán por 2 a 1.
Apuntado por las opiniones calificadas como un jugador destinado a convertirse en figura del fútbol argentino.
De buen físico, capacidad en el juego aéreo, excelente pegada y manejo de ambos perfiles, apenas jugó 6 partidos con la camiseta del Millonario.
Es Mateo Musacchio el joven defensor del que hablamos y del cual no podemos entender como River dejó escapar para luego padecer domingo tras domingo los horrores de Nicolás Sánchez, Gustavo Cabral y Maximiliano Coronel.
Como toda historia tiene un principio y arranca en junio de 2008 con un conflicto que se ocasionó por los problemas económicos de la gestión Aguilar y sus balances ficticios.
Eliminado River en octavos de final por San Lorenzo en La Copa Libertadores el déficit se hizo más grande aún.
Los ingenieros de la mentira contable recurrieron a la joyita de las inferiores para intentar salvar un barco naufragando.
En River negociaron en secreto la venta del jugador por escasos 4.000.000 de dólares su traspaso al Real Madrid.
La oferta no conformó a Musacchio, ni a su padre, quien tenía la intención de que su hijo con más participación en la primera división pudiera ampliar notoriamente su cotización.
En River desesperados por conseguir dinero para hacer que las cuentas cierren decidieron castigar al jugador y por orden de la dirigencia fue que Simeone y Gorosito a pesar de ser parte del plantel nunca lo tuvieron en verdadera consideración.
Cansado de esperar y en busca de continuidad decidió saltar al charco y recaló en el Villarreal "B" que milita en la segunda de España.
Una gran pena para River, club que lo cobijó por muchos años, pero que no lo pudo disfrutar por culpa de una dirigencia inepta y corrupta.
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