Nadie sabe hacia donde se dirige este barco llamado River Plate y que supuestamente comando un hombre con pelotas llamado Néstor Gorosito.
La derrota ante Central fue la repetición enésima de un equipo desamparado en defensa con dos zagueros que hacen agua y deshonor a la tradición futbolística del club como Cabral y Coronel.
Sin solución para un mediocampo obsoleto con la presencia estéril de Matías Almeyda superado por el vigor de los volantes del equipo de Cuffaro Russo, y un ataque librado a la inspiración espontánea de alguno de sus mejores hombres como Ortega ó Buonanotte, River fue una broma de pésimo gusto en la fría noche rosarina.
Tan cierto es que el plantel del cual dispone Pipo lejos está del brillo de viejas épocas, como también lo es su incapacidad para encontrar los mejores intérpretes de aunque sea una mínima idea futbolística que deje entrever algún rasgo de identidad.
El triunfo ante Chacarita le permitió a "Pipo", oxigenarse de una semana cargada de aires golpistas de parte de los dirigentes que se sientan en la mesa chica y que amenazaron con echarlo.
Complicado escenario le espera al entrenador del Millonario el próximo domingo ante el Colón del "Turco" Mohamed, porque un empate o una derrota pondría punto final al ciclo Gorosito en River Plate.
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