La pegada salvadora del Muñeco Gallardo le permitió a River salvar el honor ante Boca.
En un Superclásico donde no hubo espacio ni tiempo, Boca se puso en ventaja gracias a un golazo del terrible e interminable artillero Martín Palermo.
Cuando todo parecía encaminarse hacia una nueva derrota del elenco "Millonario" Pipo Gorosito decidió dar un golpe de timón que posibilitó cambiar el rumbo del partido.
Es que River hasta ese momento había cumplido con la mitad de la tarea. Correcto en la contención en la mitad de cancha gracias a la dupla Ahumada-Domingo, atento en defensa con dos marcadores centrales como Sánchez y Cabral que no dejaron mover a Palacio y Palermo.
Pero River en ataque generó más nada que poco porque sus delanteros se aislaron de Gallardo y de los volantes externos y entonces Abbondanzieri fue por momentos un espectador de lujo.
Los ingresos de Rosales y en particular de Diego Buonannote sacudieron la modorra de un equipo adormecido y empezó a inquietar al xeneize.
Tanta incidencia tuvo el ingreso del "Enano" Buonannote que a tres minutos de haberlo hecho Battaglia lo derribó en la medialuna.
Gallardo se hizo cargo de la ejecución de la falta colocando el balón en forma exquisita cerca del poste derecho del arquero de Boca.
El golazo del "Muñeco" hizo explotar las 4.500 almas que acompañaron a River hasta la Bombonera y que hasta ahí estaban apesadumbradas.
El gol de River marcó un quiebre en el partido porque Boca se repitió con centros sin destino cierto y el equipo de Gorosito pudo haberlo ganado cuando Falcao cara a cara con Abondanzzieri definió apurado.
El sabor final fue ambiguo, River lo pudo haber perdido pero también quedo la sensación que si se animaba apenas un poco más se podría haber llevado un triunfo.
Soy de River
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