Cuando daba la sensación que la chapa del final era tablas nomás apareció Rosales para romper con la igualdad de un encuentro que como ya es costumbre en la difícil vida de River se había tornado complicado.
Es que el gol de Abreu le dio a River la ventaja en el marcador que en el fútbol mezquino de estos tiempos no es poco, pero no la supremacía en el desarrollo.
Intermitentes Alexis Sanchez y Ortega. River con los dos en cancha y con ninguno de los dos terminando de asumir el papel de gurú del verde césped que ilumine el camino hacia el triunfo, el equipo no terminaba de ser dominante.
Entonces la Católica perdió el miedo, se animó y Carrizo apareció para evitar hasta donde pudo.
Simeone mandó a la cancha a Buonanotte y Rosales y se ganó en intensidad.
Fue entre ellos dos que armaron la jugada que derivó en la ventaja definitiva para River.
El zurdazo del final de Mauro Rosales le permitió a River traerse desde Chile algo más que tres puntos.
El triunfo le sirve al equipo de Simeone para posicionarse en lo más alto de su grupo en la Libertadores.
Es que el envión anímico de la victoria es lo mejor que le podía suceder a un equipo que deberá en los próximos días afrontar entre Copa y campeonato una seguidilla infernal de partidos.
Como si fuera poco el 2 a 1 agónico ante la Católica rompió con una racha nefasta en la que el millonario no obtenía triunfos en condición de visitante.
( El último lo había conseguido en el torneo Apertura 2007 frente a Gimnasia (LP) por 2 a0).
Patricio García Rudi
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