Y el que mal empieza, mal acaba reza el refrán popular y este River no podía ser la excepción.
Arrancó como siempre para ilusionarse en la primera etapa. Migliore se llevó puesto a Villalva.
Buonanotte zurdazo bajo a la izquierda del golero azulgrana que eligió el palo contrario.
Un primer tiempo aceptable de un River ordenado, sacrificado y con chispazos de calidad con Bou, Buonanotte y Villalva invitaba a soñar en una despedida de Pipo con desenlace feliz.
Pero no, porque River no pudo ampliar el marcador y San Lorenzo se vino con todo y el elenco de Gorosito no pudo frenar la embestida del Ciclón que lo arrinconó en el último cuarto de hora.
Todo empezó a desmoronarse cuando Cabral trompeó a Botinelli, penal para San Lorenzo y roja al defensor. Romagnoli, gol y empate.
Merece Cabral un espacio de reflexión: La estupidez humana ha encontrado en la persona del marcador central, un interprete magnífico, un instrumento de manifestación inigualable con el cual se tiene la certeza sin lugar dudas de que existe un romance apasionado.
La cabeza de Romeo puso el moño al ciclo Gorosito, agregó mas oscuridad a un pozo ciego, dejó a River en el fondo de la tabla y con el record negativo de 16 partidos de visitante sin triunfos.
Así todo Gorosito siguió haciendo de las suyas, sacando a Villalva y poniendo a Fabbiani que regaló un gol al querer hacerlo de taco, terminando el balón en las manos de Migliore.
Con la chapa del final cabe señalar que la salida de Gorosito ha sido lo mejor del entrenador en 10 meses al mando del club, 10 meses en los que ni siquiera el tiro del final le salió.
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