Primero, una intensa sesión de trabajos kinésicos, para que la evolución del desgarro en el isquiotibial derecho que sufrió ante Vélez no se detenga. Luego, movimientos de diferente intensidad: a esquivar conitos. Y más tarde, sí, apareció la pelota. Entonces, Radamel Falcao se sintió más cerca de su regreso, más cerca del lunes, cuando el cuerpo técnico planea incorporarlo al grueso del grupo, ya sin trabajos a distancia del resto. El colombiano se movió con la redonda, pero con precaución: estuvo un largo rato realizando pases en distancias cortas y medias, y por último se ubicó a unos 20 metros de un arco pequeño y buscó recuperar precisión. Si no surge ningún imprevisto, los tiempos le dan para volver ante Boca...
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