Dirán que no, franela va, franela viene y se ocultará pero en River de una buena parte a este tiempo aún nadie ha tenido el valor suficiente y la determinación para hacerse cargo del costo político y económico que generaría una limpieza de un plantel plagado de jugadores que se deberían haber marchado.No fue posible con Astrada porque los refuerzos de calidad nunca llegaron y las decisiones más importantes del recientemente eyectado ex entrenador fueron los despidos de Fabbiani y los guaraníes Cohene Mereles y Miguel Paniagua.
La llegada de Ángel Cappa supone para el filósofo conductor la obligación de evaluar las capacidades de muchos jugadores que ya han reprobado infinidad de exámenes para luego fagocitarse estos a quien les perdonó la vida.
Almeyda, Gallardo, Ortega, Villagra, Navarro, Ojeda, Rosales, Barrado, Ludueña, Ahumada, Galmarini y Cabral son algunos de los apellidos que serán evaluados por el ojo crítico de Cappa y la actual dirigencia en función del ambicioso proyecto de armar un equipo para pelear en la cumbre del torneo y escaparle al descenso.
Cada caso es distinto y con sus particularidades merece un análisis detenido para entender el porque en River ha comenzado la Operación Escoba Total.
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