Es incuestionable la predisposición que ha tenido hasta aquí Leonardo Astrada para solucionar los conflictos extrafutbolísticos desde que asumió el mando del primer equipo Millonario.El reconocimiento fue unánime en el tema Ortega cuando el entrenador aplicó mano firme con el jujeño talentoso, genial e indisciplinado.
Los últimos instantes del "Burrito" en este torneo fueron en el triunfo ante Chacarita en La Paternal. Antes de ese encuentro había tenido un flojo rendimiento en la caída ante Banfield.
Luego llegaría el escándalo, el castigo y las broncas de Ortega quien nunca se sometió al régimen del común de los mortales jugadores que este River tiene.
Mientras tanto este apócrifo River en nueve presentaciones cosechó un entramado de derrotas, empates y escasos dos triunfos -San Lorenzo y Huracán- que lo acercaron a la depresión galopante y lo alejaron de la lucha por el campeonato.
La novela sumó un nuevo capítulo con la desacertada decisión de Astrada de hacer jugar a Ortega con los titulares para después ni siquiera llevarlo al banco de suplentes, generando una nueva polémica en el seno del mundo River.
En el medio de todo este desaguisado el torneo continua y River no sabe hacía adonde avanza y como si fueran pocas las calamidades a su técnico se la ha nublado la vista.
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