Es extraño el destino en su forma de moverse, opera de manera misteriosa y más aun en la vida de los futbolistas profesionales.
A partir de esta visión de la vida es que resulta posible entender que en el actual plantel de River este entrenando Maximiliano Estevez jugador libre sin club en la actualidad.
La amistad que une al ex-jugador de Racing con Ángel Cappa es el único merito de Estevez para hacerse un lugar en las prácticas de fútbol.
Sería una anécdota a la que la mirada pasaría por alto sin darle demasiada importancia si este mismo River conducido por el personalista Daniel Passarella cobijara con respeto a los jugadores que tienen contrato vigente.
Como es extraño el destino también es incomprensible al menos desde aquí dar cuenta de porque Nicolás Domingo un jugador surgido de la cantera millonaria y que ha sabido transpirar la camiseta en paradas bravas -léase superclasicos ante Boca- se entrene en soledad con preparador físico de la cuarta división cual pecador irredimible y Estevez se de el lujo de hacerlo junto a un equipo profesional.
Es un River ingrato el que castiga a sus mejores hombres y premia a extraños que insultaron y agraviaron la camiseta con la banda roja que nos cruza el alma.
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