El 5 de diciembre de 2009 será una fecha crucial para la historia de River. Ese día se llevará a cabo la elección que definirá quien será el nuevo presidente.
Más allá de Caselli, D'Onofrio, Passarella, Mera Figueroa y Kiper, los cinco candidatos que se presentaron a fin de cuentas, lo único cierto es que aquel que tenga el honor de sentarse en el sillón de mandamás deberá trabajar y mucho para reconstruir un club en la ruina futbolística.
Es que el operativo maquillaje concluido en los últimos días-léase Inauguración del Museo River Plate y Centro de Altos Estudios- no puede esconder el horror de los últimos años.
Hoy River es solo la historia, gloriosa por cierto, pero del pasado, un equipo perdedor comandado por un ahora salvador Leonardo Astrada, y una institución vaciada en sus divisiones inferiores.
La salida de José María y sus secuaces no es un hecho concreto, ya que muchos de ellos han sabido camuflarse en las listas de los nuevos candidatos.
Por lo pronto también es sabido que otro operativo se ha puesto en marcha y se llama "manos limpias"y la dirigencia saliente es la que lo lleva adelante en forma urgente, porque una vez que dejen sus cargos, la inmunidad de la que gozaron desaparecerá y alguien intentará ir a cazarlos.
Por lo pronto seguiremos acompañando a pesar que sufrimos más de lo que gozamos, alentando como siempre, por que el sentimiento genuino anida en el corazón de los verdaderos hinchas de River.
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